SOBRE EL AMOR Y EL PODER:
entregarse al Otro, sin perderse como conciencias libres?
La, digamos, utopía es la de dos conciencias deseantes que se entregan sin perderse, sin dejar de ser lo que son ni aun en la entrega al Otro, el que sabrá disfrutar ese «resto decisivo» que el que ama conserva de sí, porque es el resto de la libertad, el que le permitirá ser creativo, libre, lúdico, y será, sobre todo, la verdadera garantía de una relación libre: que cualquiera de los dos sea capaz de dejar al otro cuando el otro ya no sea el que estableció, en el origen, esa relación compleja entre dos libertades que es el amor.
Es
la conciencia la que, al manejar lo instintual, entrega el poder sobre
el Otro. Se podrá objetar que no se trata de «gozar menos» sino de
manipular el goce para dominar al Otro. Pero ese «objetivo» es un punto
de racionalidad perversa introducida en el goce que solo puede llevar a
su pérdida de pureza, a su limitación. Todo poder tiene su precio. Si se
vive para el poder, no se ama ni se goza. Si se ama y se goza, el que
ama y goza se somete al poder.
Jose Pablo Feinmann. "La filosofía y el barro de la historia".
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