ACERCA DE LA UTOPIA DE LA FELICIDAD Y EL “AMOR”

Me parece poco refinado y bastante frívolo cuando me preguntan si soy “feliz” a pesar de no tener a una pareja conmigo, en mi dentrura comprendo que detrás de esa lógica probablemente existe un terrible miedo a la soledad/abandono que no se ha dilucidado a nivel consciente, tal vez sea tan solo una proyección narcisista en la piel del otro o simplemente química cerebral como menciona la neurobiología moderna de John C. Eccles.

Releo entonces “Memorias del subsuelo” de Dostoyevski y dice nuestro poeta Ruso que "Cuando se ama, incluso se puede prescindir de la felicidad. La vida es bella aun cuando se sufre. Vivir es grato, cualquiera sea la clase de vida.”; es por tanto no solo una falacia preguntar eso, sino un crimen a la existencia misma pues se trata de una suma de emociones, iones positivos y negativos.

Cosa extraña, compleja y doliente y tal como una abertura cóncava en el corazón que busca incansablemente encontrar para sí aquella tuerca que encaje como estaca; tuerca o estaca de nombre “Ágape”(mal llamado “amor”); y es que bien lo dijo Barylko; “el amor es el síntoma más claro de nuestra im-perfección”; es por eso que amo lo que no tengo, no que no poseo, la carencia, la ausencia, la vaciedad; es por ello que presumo de mi felicidad y la irradio. El amor como síntoma cardinal de nuestra propia carencia, oquedad e intrínseca necesidad de necesitar, pero a la vez el objeto amado se vuelve un misterio perpetuo, una imprevisibilidad infatigable, una sorpresa que nunca se agota.

Y recuerden, la “felicidad” se encuentra en el viaje mas no es el destino, y cuando se lo atesora de esa manera no es felicidad sino se convierte en “ataraxia”; ¿Por qué no buscar un estado más elevado de felicidad?, ¿Por qué no buscar “eudaimonia”; es decir, vibrar en otra nota, vivir en “plenitud”; el discurso de la felicidad es pues un mito, uno que debe re-definirse y “sentirse”, no es un sustantivo sino un verbo.

“¿Sabes que fue lo peor de todo? Cuando vi que no venías, una parte de mí no se sorprendió.”

#Bibliografía: Remito al lector a la obra de Gustavo Bueno; en especial revisar su libro “El mito de la felicidad”.
#Artículo (La triste obligación de tener que ser feliz): http://culturainquieta.com/es/inspiring/item/11434-la-triste-obligacion-de-tener-que-ser-feliz.html


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