LA EXISTENCIA COMO ACTO SUPREMO

(Y pensar que nunca comprendiste mis insomnios, mucho menos mis lecturas)

El hombre tiene la posibilidad en su proyecto de vida de elegir su esencia, y es que, la existencia precederá a la esencia, debido a que en la naturaleza todos los seres vivos están predeterminados; sin embargo, el hombre como proyecto a futuro, tiene la posibilidad de elegir entre muchas posibilidades; a pesar, de la limitación de la elección por factores tales como: el lugar donde se nace, situación económica de la familia, entorno cultural; condiciones no se eligen, pero el ser humano está en su derecho de aceptarlas o rebelarse ante ellas.

La realidad del ser humano es movimiento y cambio, con la posibilidad de asumir una esencia, un poder ser, que no está predeterminado o establecido, sino que el ser humano tiene que lograrlo en el devenir. Desde el momento cuando se nace, se asume un compromiso, consigo mismo y con los demás, y ese compromiso se traduce en angustia.

El hombre es responsable en su devenir, y tiene la posibilidad en el tiempo de construirlo; sin embargo, existen unos límites o factores, que son extraños y que no dependen del propio individuo; sin embargo, el hombre libre es el que asume una determinada actitud con respecto a estos factores .

Partierndo del sentido de la vida surge una situación aparentemente contradictoria, caracterizada porque las funciones básicas de la vida tales como: comer, beber, dormir o comer, se traducen en un intento por mantener con vida a un organismo, que estará en el futuro condenado a su destrucción.

Al decir que la existencia precede a la esencia entendemos que esta se realizará en el tiempo, como proyecto que puede o no consolidarse. El hombre es un proyecto; sin embargo la posibilidad de consolidarse o no ese proyecto, se traduce en: “angustia” ante el porvenir que implica el reconocimiento de una posibilidad.

Aquí denotamos al “ ser para sí”; es decir, aquél ser que tiene un proyecto originario. Recordemos que el hombre en su proyecto se hace a sí mismo, crea su propia esencia y asume su responsabilidad ante su propia existencia. El hombre se encuentra arraigado en el mundo, y no puede permanecer como un ser abandonado y vacío, sino por el contrario, es necesario que se encuentre comprometido con un mundo del que es enteramente responsable (Sartre; 1981:677).

El hombre al ser arrojado al mundo, está condenado a ser libre, debido a que es responsable de todo lo que hace. El hombre se siente extraño en su propio mundo, es decir alienado o como una especie de extranjero, que se traduce en desesperación, tedio, pesar, con una angustia existencial, como consecuencia de la angustia de su existencia y la posibilidad de su muerte.

La muerte considerada como el fin de la nada, se interioriza y humaniza, y como tal influye en la vida entera. La muerte es azar debido a que pueden aparecer en cualquier período de la vida y es por eso la angustia que produce la muerte; el hombre sería, quien le otorga sentido a su propia vida y existir implicaría crear su propia existencia.

El hombre pues, es el único ser vivo que no sólo es tal como se concibe ,sino tal como es se quiere, y se concibe después de este impulso hacia la existencia.(Sartre ; 1985: 16)

El hombre empieza por existir, se proyecta hacia el porvenir y existe una elección que es expresión de su voluntad, y un proyecto de vida que se traduce en angustia, debido a que no puede escapar al sentimiento de su total y profunda responsabilidad (Sartre; 1985: 18).

Solamente hay realidad en la acción, y el hombre existe en la medida de su realización en el tiempo, debido a que el hombre no es nada más que su proyecto. "Somos lo que hacemos y estamos en la responsabilidad de comprometernos en nuestro proyecto de vida."

“Los proyectos pueden ser diversos, por lo menos, ninguno puede permanecer extraño, porque todos presentan en común una tentativa para franquear esos límites o para ampliarlos, o para negarlos o para acomodarse a ellos” (Sartre; 1985: 33).

Cualquiera que sea la opción elegida inclusive la no elección lleva implícita el elegir, estamos pues, condenados a ser transitoriamente verbo, a elegir, a existir, es nuestra condena o dicha,

Bibliografía:

- Faulquié, Paul . (1973). El existencialismo. Fondo de cultura económica.
- Sartre, Jean Paul . (1985). El existencialismo es un humanismo. Buenos Aires.

#Reflexión_Semana_Santa
#Existencialismo
#Filantropía


Comentarios

Entradas populares