KINTSUGI: LA BELLEZA DE LAS CICATRICES

(Paráfrasis de un artículo con respecto al arte y filosofía del “Kintsugi.”)

En Japón, existe una tradición milenaria que se dedica a reparar fracturas de la cerámica con barniz o resina espolvoreada con oro, la idea es mostrar con elegancia que aquel quiebre o rotura ahora es el rasgo cardinal de este fino y bello arte, destacando una implícita filosofía de vida, pues son esas mismas fracturas la que son ahora vistas como un elemento que dota de hermosura al propio objeto en lugar de afearlo o desmejorarlo; es decir, se valora por encima de todo al objeto y su particular historia.

Aquí se percata algo diametralmente opuesto a la manera occidental de ver la “fractura”, tanto anímica como materialmente. En lugar de que un objeto roto deje de servir y lo desechemos, su función se transforma en otra: en un mensaje activo. El objeto roto pasa de ser una cosa a ser un gesto gráfico que nos incita a emular su poderosa transformación, y, metafóricamente, la herida pasa de ser un trazo de oscuridad a ser una ventana de luz.

Parafraseando el artículo, el mundo se encarga de agrietarnos, de llenarnos de fisuras, y es allí donde reside para nosotros un crisol de posibilidades; la cicatriz se convierte en una ocasión para enfrentarnos al mundo. Vemos pues que las roturas y reparaciones forman parte de la historia de un objeto y deben mostrarse en lugar de ocultarse. Así, al poner de manifiesto su transformación, las cicatrices embellecen el objeto; es hora ya de poner de lado ese prejuicio latino de avergonzarnos de nuestras cicatrices.








Simplemente impresionante.

Fuente: http://culturainquieta.com/…/7840-el-ar…

#kintsugi_philosophy

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