Sobre "La Peste" de Albert Camus

Las buenas lecturas son mejores si se comparan a cambios biográficos inesperados y vivencias con magnitudes férreas como nuestra actual situación con los huaicos y el estado de emergencia.

Una de los mejores libros que deboré con mucha entrega fue "La Peste", novela francesa de Albert Camus que narra, a modo de crónica, las vicisitudes que pasan los habitantes de Orán durante la epidemia homónima al título de la obra.

El día 16 de Abril 1944, inicia el drama para Bernard Rieux, las ratas comienzan a salir de sus nidos para morir en la superficie, emanando sangre y revolcándose agónicamente. Para el 28 de abril, más de ocho mil ratas han muerto, mientras que la población se alarma. Para los habitantes de Orán comenzaría también la mortalidad, los síntomas se manifiestan de forma abrupta en seres inocentes. La gente vomita bilis roja, pierde sus fuerzas, la temperatura aumenta en sus cuerpos, y surgen la fiebre e inflamaciones para finalmente morir poco a poco.

Y así como sucede en Lima, se evidencia en la obra un individualismo exacerbado se denota entre los que aún no contraen el virus y los afectados que luchan por una cura para sus males. Sin embargo; un halo de esperanza se vislumbraba en su oscurecido horizonte, el sentimiento del amor logra prevalecer en muchos de los individuos como algo personal, muy de ellos dentro de sí.

Hasta aquí relato la historia, el resto ustedes deben leerlo, pero les comparto un pequeño diálogo, realmente es exquisito:

– ¿usted es capaz de morir por amor?
– No sé, pero me parece que no, por el momento.
– Ya lo ve. Y es usted capaz de morir por una idea, esto está claro. Bueno: estoy harto de la gente que muere por una idea. Yo no creo en el heroísmo, sé que eso es fácil, y he llegado a convencerme de que en el fondo es criminal. Lo que me interesa es que uno viva y muera por lo que ama.

Es una novela existencial, no cabe duda. La presencia de la muerte por todos los rincones no deja otra opción. El novelista refuerza la idea de que en últimas, el hombre no tiene control sobre nada y la irracionalidad de la vida es inevitable; la figura fantasmal de la peste, en la historia de la humanidad, así lo ha demostrado.

Para Albert Camus la ciudad de Orán –de repente- se queda sin el Dios supremo y entonces se ve obligada a sacar de lo profundo del corazón sus fortalezas. No existe futuro, solo presente. Impera la necesidad de fortalecer valores humanos y no divinos. Valores como el apoyo mutuo, la solidaridad, el recuerdo, la libertad individual, la amistad, el silencio, la reflexión, la soledad y el amor en todos los sentidos, brillarán a lo largo de la novela, porque el hombre bajo el control de la peste quedará olvidado a su suerte. Todas las libertades individuales –ganadas por el derecho- quedarán restringidas y los individuos quedarán aislados y prisioneros.

Como menciona Rieux: "existe una cosa que se desea siempre y se obtiene a veces: la ternura humana."

Y, así es como tiene que ser porque en el panorama de las enfermedades colectivas y altamente contagiosas, el hombre no tiene otra opción. Estamos eyectados al mundo, somos finalmente, pasión inútil. O luchamos o morimos, pero finalmente, moriremos.

#Existencialismo
#Humanismo


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