BARYLKO Y EL AGÁPICO 14 DE FEBRERO
El amor puede ser un oxímoron, un pleonasmo o a veces una serendipia;
no obstante; debe tener como condición sine qua non ser un "verbo" más
no un "sustantivo" per se; es por ello; que no se lo intelectualiza sino
se lo materializa.
Citando a Barylko «El amor es el síntoma cardinal de nuestra propia carencia»; pues dentro de mi finitud existencial, yo amo aquello que no tengo, esa carencia, la ausencia, esa necesidad, la oquedad, la intrínseca necesidad de necesitar.
Y reza uno de sus textos de la siguiente manera: “...pero tú te me escapas, te diluyes entre los resquicios de toda malla que busque atraparte. Así eres de elusiva, de evasiva. Como lo soy para ti. Años de vida nos ligan, y sin embargo amanecemos lejanos, ausentes, distintos. (…) ¡Qué complejo es amar, y amar bien, amar para el bien! ¡Qué escarpada ladera de montaña es este camino, el que me propongo -el que quiero proponerme y proponerte-, el de querernos mejor.!”
Y justamente se trata de eso, de querer y/o amar con “elegancia”; con mucha fuerza para lograr (parafrasea al autor): "aprehenderla", “tomarla” y “dominarla”, con las manos y con el intelecto; pues no eres una cosa, eres un ser humano, una persona; es decir un misterio perpetuo, una imprevisibilidad infatigable, una sorpresa que nunca se agota.
Amen señores, amen con la razón e intelecto y destierren el adagio latino que reza: “Amor Vincit Omnia” (el amor todo lo puede) pues antes que el amor esta la fuerza inquebrantable de voluntad que (casi) todo lo puede; gracias a la voluntad si se puede amar y ser libre, por ello el nuevo rezo del alma ha de ser: “fiat voluntas meam” (hágase mi voluntad), recuerden que un pájaro posado en un árbol nunca tiene miedo de que la rama se rompa, porque su confianza no está en la rama sino en sus propias alas.
Feliz 14 de febrero bellas criaturas.
- Texto y cita extraído del libro “Para quererte mejor” del filósofo y pedágogo argentino Jaime Barylko.
#reflexión
#ataraxia
#eudaimonia
Citando a Barylko «El amor es el síntoma cardinal de nuestra propia carencia»; pues dentro de mi finitud existencial, yo amo aquello que no tengo, esa carencia, la ausencia, esa necesidad, la oquedad, la intrínseca necesidad de necesitar.
Y reza uno de sus textos de la siguiente manera: “...pero tú te me escapas, te diluyes entre los resquicios de toda malla que busque atraparte. Así eres de elusiva, de evasiva. Como lo soy para ti. Años de vida nos ligan, y sin embargo amanecemos lejanos, ausentes, distintos. (…) ¡Qué complejo es amar, y amar bien, amar para el bien! ¡Qué escarpada ladera de montaña es este camino, el que me propongo -el que quiero proponerme y proponerte-, el de querernos mejor.!”
Y justamente se trata de eso, de querer y/o amar con “elegancia”; con mucha fuerza para lograr (parafrasea al autor): "aprehenderla", “tomarla” y “dominarla”, con las manos y con el intelecto; pues no eres una cosa, eres un ser humano, una persona; es decir un misterio perpetuo, una imprevisibilidad infatigable, una sorpresa que nunca se agota.
Amen señores, amen con la razón e intelecto y destierren el adagio latino que reza: “Amor Vincit Omnia” (el amor todo lo puede) pues antes que el amor esta la fuerza inquebrantable de voluntad que (casi) todo lo puede; gracias a la voluntad si se puede amar y ser libre, por ello el nuevo rezo del alma ha de ser: “fiat voluntas meam” (hágase mi voluntad), recuerden que un pájaro posado en un árbol nunca tiene miedo de que la rama se rompa, porque su confianza no está en la rama sino en sus propias alas.
Feliz 14 de febrero bellas criaturas.
- Texto y cita extraído del libro “Para quererte mejor” del filósofo y pedágogo argentino Jaime Barylko.
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