Morder tus piernas entre prosas y gemidos con sabor a luz de luna.


Morder tus piernas entre prosas y gemidos con sabor a luz de luna.

Y me pregunto hasta ahora:
¿Cómo en tu boca no naufragar?
Si ellas son mares de chocolate.

Elizabeth sabe a chocolate de fresa y noche triste de lluvia pero su alma es chocolate de coco sin azúcar.

No sé si en Buenos Aires aún disfrutas nuestros manjares como cuando me recitabas en mis zonas más oscuras.

Yo solamente sé que desde tu partida el dulce ahora me sabe salado y la lluvia me seca en vez de mojarme.

Necesito devorar chocolate en tu cuerpo y tu necesitas atragantarte mis versos de agüacero, necesito con mi febril lengua recorrer un te amo entre tus quejidos y esos arañazos en mi espalda penetrarme.

Sea como sea queda en el alma que cada chocolate sabe a tu entrepierna y es por eso que Elizabeth sabe a nostalgia de chocolate.
 
 

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